ocho millas...

no importa quienes seamos, no importa donde vivamos, todos tenemos unos límites... a veces reales, a veces imaginados. Muchos de nosotros nos contentamos con vivir dentro de esos límites; otros están obligados a ello. Pero algunos necesitan romper esos límites, atravesarlos para salir fuera, aunque lo que les espere sea algo desconocido o aterrador. Bienvenidas sean las fronteras que limitan nuestra vida, irónicamente hablando.